Yo cierro ahora las historias sin terminar, las situaciones mal resueltas, las experiencias mal digeridas del pasado.
Pongo el punto final, el basta, el límite tan necesario en aquello que ya no tiene sentido en mi vida.
Acepto completar esta fase, liberándome de todo lo que me aferraba a lo viejo y lo superado.
Que mis experiencias antiguas no me traigan el peso del dolor, sino la sabiduría que guía mis pasos.
Que jamás permanezca en lo que me detiene, me asfixia o me limita.
Que yo sepa soltar todo lo improductivo y esté abierto a lo nuevo. Me permito fluir con la vida, con los cambios y con las transformaciones.
Yo coloco fin en todos los dolores que no había superado, en todas las desilusiones afectivas que tuve, en toda escasez por cual he pasado, en todos los males físicos o emocionales, en todas las penas que me ligaban al pasado.
Todos los nudos, los desacuerdos, las inconformidades se deshacen ahora. Cierro los ciclos antiguos, los agradables y los desafiantes.
Tengo la conciencia tranquila de que cumplí mi misión con ellos y que ellos cumplieron su función conmigo.
Sigo adelante con aprendizaje y maduración listo para los nuevos ciclos que se inician ahora.
Acepto el fin y me abro para las bendiciones de los nuevos comienzos, para toda el amor, la abundancia, la salud y la prosperidad que me esperan.
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